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La consulta: entre la modernidad o el atraso / A estribor

La consulta: entre la modernidad o el atraso / A estribor
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Juan Carlos Cal y Mayor
Después de nueve años en construcción se concluyó en China el puente marítimo más largo del mundo. Mide 55 kilómetros en conjunto con un túnel submarino que se encuentra a 44 metros de profundidad. Estos conectan las ciudades de Hong Kong y Macau con Zhuhai al sur de China. Otro puente -el más largo del mundo- también en China, sobre el mar, supera los 160 kilómetros y une a las ciudades de Shanghai y Nanjing. El Burj Khalifa, es el rascacielos más alto del mundo, se localiza en Dubai, en Emiratos Árabes Unidos, y alcanza una altura de 828 metros (tres veces la torre Eiffel). Fue inaugurado en 2010 y su construcción tomó unos seis años. En Estados Unidos, el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson se encuentra a 11 kilómetros al sur del Distrito Financiero de Atlanta, Georgia, Estados Unidos. En el año 2008 se ubicó en el primer lugar a nivel mundial y atiende a más de 90 millones de pasajeros que volaron en 978,824 vuelos. Este aeropuerto sirve como centro de distribución para vuelos hacia todas partes en Estados Unidos y fuera del país.
Porfirio Díaz construyó hacía principios del siglo pasado, con inversión extranjera, más de 20 mil kilómetros de vías férreas. Se trazaron rutas que recorrieron todo el país y en Chiapas, olvidado del mundo, se construyó la ruta que llega hasta Tapachula y la de Palenque al norte del estado. En 100 años de estigmatización al viejo caudillo que debió pasar a la historia como el gran modernizador, apenas se agregaron unos 6 mil kilómetros. Hoy las mismas rutas han sido revitalizadas por el Grupo México y movilizan desde los puertos más importantes del país la mayoría de productos que México exporta e importa. Ferromex, la empresa ferroviaria, utiliza las mismas vías construidas durante el porfiriato.
Heathrow, el aeropuerto de Londres,  será pronto el de mayores operaciones en el mundo por la construcción de una tercera pista que incrementará su capacidad de 80 millones a 110 millones de pasajeros. El plan requiere una inversión de más de $20,000 millones de dólares
Hoy, con un costo de 13.5 mil millones de dólares, el NAIM constituye la obra de infraestructura más importante en nuestro país. Como toda mega construcción tiene un impacto ecológico pero se encuentra dentro del marco normativo ambiental. Lleva un 32% de avance, más de 100 millones invertidos y se terminará en el 2021. Su impacto positivo es una realidad. Se calcula que pasará de 46 a 60 millones de usuarios en los próximos años. Es un aeropuerto pensado para los próximos 50 años. 20 aerolíneas internacionales están a la espera para ofrecer sus vuelos a menor costo. Tan sólo su construcción generará 160,000 nuevos empleos. Del total de los de 40,000 trabajadores que están actualmente construyendo el aeropuerto, una gran parte son habitantes de los municipios cercanos. La plusvalía de todos las propiedades cercanas adquirirá un mayor valor en beneficio de sus propietarios. Además impedirá el crecimiento demográfico desordenado, que, con o sin aeropuerto, terminaría desecando el lago que hoy se quiere disque proteger. El turismo se ha duplicado en los últimos 10 años, genera un millón de empleos directos y el potencial de crecimiento es exponencial. Será el aeropuerto más importante de América Latina y el mayor detonador para el desarrollo del país.
Lo mismo sucede con la creación de las zonas económicas especiales, básicamente donde se encuentra la mayor capacidad instalada de puertos. La exportación de productos hechos en México son también muy importantes. Sin más la obra del aeropuerto representa la inversión de infraestructura más importante del país en el último siglo, sólo equiparable al desarrollo ferroviario del régimen porfirista.
“Habilitar” Santa Lucia, Toluca y el actual aeropuerto son aspirinas para un país que necesita una cirugía mayor. Es quitarle a la Fuerza Aérea Mexicana su capacidad logística y moverla a otra parte del país.   Es como remedar un pantalón cuando se requiere de uno nuevo. Tampoco se puede hacer austero. Se requiere fomentar el turismo VIP o de negocios, donde el gasto es mucho mayor y requiere servicios de calidad. De cancelarse el proyecto, la competencia que ofrecen otros destinos turísticos restará las ventajas competitivas de nuestro país.
Por eso yo si voy a votar en la consulta. Quiero confiar en que la tendencia reflejada en los estudios de opinión publicados, confirmará la expresión mayoritaria (un 70%) a favor del aeropuerto de Texcoco. Un resultado distinto sería atípico. Se dice que afectará la confianza de los inversionistas del país. Ya se habla del “error de octubre”. Es comenzar con el pie izquierdo. Las calificadoras de riesgo lo advierten desde ahora. ¿Quién invertirá en el Tren Maya si deciden cancelar el aeropuerto?, ¿qué valor y peso legal tendrán los contratos –por obras de largo plazo- firmados con el gobierno si llegan otros y los desconocen? Votar por el NAIM en Textoco es pensar el futuro, cancelarlo es condenarnos a seguir viviendo en el atraso.

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