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La boa tabasqueña / De Primera Mano

La boa tabasqueña / De Primera Mano
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RODULFO REYES La mente que ideó ponerle “boa” al supuesto plan para conspirar contra Morena y el presidente Andrés Manuel López Obrador, es brillante para el manejo de propaganda política. “Bloque Opositor Amplio” se denomina un documento presuntamente “confidencial” que el mandatario mexicano dio a conocer en Palacio nacional, durante su conferencia mañanera del martes. Aunque el tabasqueño dijo que no le constaba que fuera auténtico, lo mismo que su vocero, Jesús Ramírez, al texto se le dio carta de la naturalización y de inmediato se les endilgó la autoría a personajes que desde hace mucho tiempo el denunciante califica de adversarios. Ayer, el diario ‘El Universal’ publicó, en su página editorial, una columna con el título “La verdadera historia del complot de la BOA”, en el que revela que el lunes anterior “un personero de Morena” se acercó a sus instalaciones a decir “que traía un documento que exhibía un complot en contra” del inquilino de Palacio nacional. El personaje referido, señaló la publicación, quería que el rotativo editara el documento en su edición del martes “como una investigación periodística” propia. Además, refirió que el citado personaje ofrecía generosamente que, como el citado diario aparecía en la supuesta intriga, al revelarlo se distanciaría del presunto proyecto desestabilizador. El escrito no fue divulgado por el periódico, ya que quien lo llevó no quiso que a la denuncia se le pusiera nombre y apellido. El medio de comunicación de la Ciudad de México asegura que la siguiente noticia que tuvo “del siniestro plan denominado Proyecto BOA”, fue el martes que López Obrador reveló que “el pueblo” le había hecho llegar un plan para debilitarlo, “justo el mismo documento que el morenista había entregado un día antes a esta casa editorial”. Aunque no revela la identidad del mensajero, el medio asegura que el presidente ya lo ha invitado a desayunar a su oficina. Por lo pegajoso y estrambótico del nombre –en la era “neoliberal” se le llamaba TUCOM (Todos Unidos contra Madrazo) o TUCAM (Todos Unidos Contra Andrés Manuel)–, la palabra boa domina desde el martes la conversación pública del país. Solo por citar temas que igual han calado en la opinión pública: López Obrador le apodó en 1994 “el innombrable” a Roberto Madrazo Pintado. Al partir de Tabasco a la Ciudad de México, bautizó como “el innombrable” al expresidente Carlos Salinas de Gortari, a quien acusó de ser el jefe de “la mafia del poder”. En la campaña de 2006 le clavó el mote de “chachalaca” al mandatario Vicente Fox Quesada. En 2012 que hizo su partido, le puso Morena (Movimiento de Regeneración Nacional), una palabra muy querida por el pueblo de México por la veneración a la virgen de Guadalupe, la morenita del Tepeyac. En la campaña de 2018, durante el primer debate presidencial, se sacó de la manga el apelativo de “Anayín canallín” para el panista Ricardo Anaya. Ya en Palacio nacional, trasmutó a sus enemigos aglutinados en “la mafia del poder” en “neoliberales”. ¿A quién se le pudo haber ocurrido ponerle “boa” al siniestro plan para derrocar al ‘mandamás’? P. D. Ayer el jefe de la nación dijo que disfrutaba dar a conocer temas con el del “plan” para “destronarlo”. PARA SU INFORMACIÓN… LA SECRETARIA DE Salud, Silvia Roldán Fernández, es una epidemióloga con las mejores cartas de presentación (el subsecretario federal del ramo, Hugo López-Gatell, la refiere seguido por su capacidad). Pero en términos de información, la pandemia necesita un vocero o –mejor aún– que ella mismo sea la portavoz.

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