Héctor Estrada
La relación entre la Secretaría de Educación en Chiapas y la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) sigue fracturada y no parece tener pronto arreglo. Así quedó confirmado este martes tras el lanzamiento de la convocatoria para la cadenas de cambio sin el aval del sindicato magisterial, pese a los esfuerzos y prórrogas que buscaban alcanzar un acuerdo final que nunca se concretó.
Fue este lunes cuando, a modo de un ultimátum público, la secretaría de Educación en Chiapas, Rosa Aidé Domínguez Ochoa, salió a medios de comunicación para anunciar el inminente lanzamiento de una convocatoria que, de fondo, se trataba de un advertencia final a la CNTE y su dirigente estatal, Pedro Gómez Bamaca, para informar sobre el inicio del procedimiento con o sin su participación.
Y el acuerdo nunca llegó. Con el rostro evidente desencajado, este martes, Domínguez Ochoa salió nuevamente a medios para anunciar el inicio del proceso sin el aval del sindicato magisterial y las consecuencias inevitables por un distanciamiento cada vez más crítico que parece no tener salida.
La reacción no tardó en llegar; este mismo martes la CNTE emitió un pronunciamiento en rechazo a las medidas unilaterales de las autoridades educativas en la entidad. Calificó al hecho como un acto de provocación y llamó a sus agremiados a no participar en dicho procedimiento y esperar la llegada de una nueva convocatoria que el propio sindicato enviará por su parte.
El tema parece ser el detonante de un nuevo enfrentamiento en la lista de desencuentros entre las nuevas autoridades educativas y la cúpula magisterial representada por Gómez Bamaca. Todo apunta a que las cosas se van a complicar con el paso de los días, haciendo de la convocatoria unilateral un asunto que dará mucho de qué hablar y resentir durante las siguientes semanas.
Y es que los acuerdos de “reconciliación” entre el SNTE y la Secretaría de Educación estatal aún lucen bastante lejanos. La negativa de Rosa Aidé Domínguez, por instrucciones superiores, para llevar las negociaciones a la mesa de las complacencias sindicales ha cerrado toda posibilidad de acuerdos tersos.
Pedro Gómez Bamaca ha encontrado en las nuevas autoridades educativas un muro complicado con el que nunca antes había tenido que sortear. Su desacreditado liderazgo y la incongruencia del movimiento que encabeza han lastimado seriamente al movimiento magisterial, generando un rechazo social casi generalizado que termina debilitando su posición ante el gobierno.
Indudablemente las cadenas de cambios necesitan del trabajo bilateral con el sindicato para garantizar un vigilancia efectiva al proceso. La organización sindical se creo justamente para eso, para vigilar los procedimientos internos en las instituciones educativas, combatir la corrupción y garantizar procesos justos, sin embargo y de manera paradójica, las cúpulas sindicales (como la CNTE) se han convertido justamente en las que hoy mayor desconfianza generan.
La solución de reconciliación entre el Estado y el sindicato magisterial no está en la remoción de la secretaria de educación como lo han querido hacer ver, esa sólo sería una muestra de poder. Para que las cosas cambien de fondo el SNTE requiere urgentemente una recomposición de fondo que haga valer su verdadera vocación como órgano de contrapeso al poder para garantizar el derecho a un sistema educativo de calidad para docentes y alumnos… así las cosas.
