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Encuestas: un grito a tiempo / De Primera Mano

Encuestas: un grito a tiempo / De Primera Mano
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RODULFO REYES

Cuando Roberto Madrazo Pintado gobernaba el estado, alguna vez contó a columnistas que en elección de noviembre de 1994 contra Andrés Manuel López Obrador, el PRI mandó a hacer encuestas en las que él aparecía muy arriba en la intención del voto sobre el abanderado del Frente Democrático Nacional (FDN), ante lo cual se optó por ponerle “más puntos” al ahora aspirante presidencial para sacar al priísta de su zona de confort.
De acuerdo con lo que reveló el experimentado priísta, si los electores que simpatizan con un candidato observan que este le saca una cómoda ventaja a su más cercano competidor, se relajan y no salen a las urnas el día de la votación.
En síntesis, no es conveniente que la gente perciba que su preferido se encuentra muy despegado del segundo lugar en la competencia.
Esto es, no es bueno abusar de la siembra de sondeos interesados para hacer creer que ya se tiene ganada la elección.
Dicho esto, llama la atención que en Tabasco semanalmente se publique un levantamiento que a todas luces pone en los cuernos de la luna al partido de Andrés Manuel López Obrador.
En anteriores jornadas, empresas especializadas, generalmente patrocinadas por periódicos, difundían levantamientos que por lo general beneficiaban al partido gobernante.
Entonces los contendientes que iban abajo solían decir que la verdadera encuesta era la que se daba el día de las elecciones.
Las reconocidas firmas casi siempre se equivocaban:
En 2000 y 2001 que parecía inminente el triunfo del perredista Raúl Ojeda Zubieta, se llegó a editar: Los Ojeda Linares rumbo a la Quinta Grijalva, pero perdió el secretario de Gobierno en los primeros tres años de la administración de Arturo Núñez Jiménez.
Hubo en 2006 un proceso inédito porque el Revolucionario Institucional tuvo un enorme repunte, debido a la cuantiosa popularidad del químico Andrés Granier Melo.
En los comicios pasados, los que ahora cantan la victoria de Morena le daban 25 puntos de ventaja al priísta Jesús Alí de la Torre, pero al final resultó triunfador Núñez.
En eso de las encuestas hay que andarse con mucho cuidado, pues ya está probado que ventajas de hasta 25 por ciento se han venido abajo, como en 2000 que las empresas del ramo no daban un peso por el panista Vicente Fox Quesada, que finalmente se impuso en la presidencial con seis puntos de diferencia sobre el priísta Francisco Labastida Ochoa.
En el terreno local, en los comicios para alcalde de Centro de 2015 y 2016 se le daban 17 y 25 puntos de ventaja a los abanderados del Revolucionario Institucional, pero en ambos casos el perredista Gerardo Gaudiano sacó ocho y 20 puntos de diferencia, respectivamente.
El miércoles, por cierto, en una entrevista de radio con el periodista Joaquín López Dóriga, el presidente municipal capitalino con licencia aseveró que ha ganado todas las elecciones en las que lo ponen abajo en los levantamientos.
En estos momentos, es tanta la euforia por la delantera de AMLO en la carrera presidencial, que incluso eficientes operadores priístas ahora incrustados en Morena parecen olvidar que las elecciones no se ganan con encuestas, sino con trabajo político y plata el día de las votaciones.
Y es que mientras los generales de la campaña de Morena beben café y trazan escenarios en las calculadoras de sus caros celulares, Gaudiano y la priísta Georgina Trujillo Zentella siguen caminando en las comunidades en pos de los votos.

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