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En la Mira / El divorcio consumado entre Cesar Espinosa y el PRD nacional

En la Mira / El divorcio consumado entre Cesar Espinosa y el PRD nacional
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Héctor Estrada

 

La ausencia de César Espinosa Morales en el encuentro encabezado este martes por la secretaria general del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Chiapas, Beatriz Mojica Morga, fue una radiografía clara del divorcio existente entre el Comité Ejecutivo Nacional y la dirigencia estatal del partido, donde las cosas parecen no estar marchando del todo bien desde hace varios meses, con demoras constantes en la recepción de prerrogativas y graves conflictos internos.

Aunque de manera muy reservada, el denominado “Encuentro Estatal por la Unidad del PRD en Chiapas” se convirtió en un evento de posicionamiento político sobre el tema local que se había postergado por mucho tiempo. La presencia de Beatriz Mojica, junto a secretarios del Comité Estatal, y la ausencia simbólica de Espinosa Morales se expresaron como mensajes claros del rompimiento de una relación tensa y distante desde el inicio.

Para nadie es un secreto que las relaciones de César Espinosa con los últimos dirigentes nacionales (Carlos Navarrete, Agustín Besave, Beatriz Mojica y Alejandra Barrales) no han sido las mejores. Desde su conflictiva elección, Espinosa Morales ha trabajado operando en la dirigencia estatal, teniendo en el CEN perredista a sus principales grupos opositores que siempre cuestionaron la legitimidad de su elección.

Y para muestra está el intento de destitución en 2015 cuando los rumores de su posible remoción circularon con fuerza. Se trató, en ese momento, de un conflicto personal con el ex dirigente nacional Carlos Navarrete que finalmente pareció disiparse con la llegada de Agustín Besave Benítez. La amistad con el sucesor de Navarrete pareció un bálsamo de tranquilidad para el líder estatal del PRD que lamentablemente para él duró muy poco.

La intempestiva salida Agustín Besave y el interinato de Beatríz Mojica regresaron los tiempos adversos para Espinosa Morales. Mojica Morga nunca ha visto con buenos ojos la presencia de Espinosa Morales como dirigente del PRD en la entidad chiapaneca. Ella es muy cercana a los grupos opositores del líder perredista en Chiapas y eso ha sido crucial para tantas distancias y desencuentros con la dirigencia nacional.

Y lo mismo ha sucedido con Alejandra Barrales. Los señalamiento sobre la supuesta imposición de César Espinosa en la dirigencia perredista estatal (que ha negado tantas veces) con ayuda de figuras como Eduardo Ramírez Aguilar ha pesado mucho sobre su gestión y relación con el CEN perredista. César Espinosa se ha vuelto uno de los dirigentes más incómodos para la cúpula nacional perredista. Y no hay desmentido que oculte una realidad ya tan evidente.

Este martes, junto a secretarios y secretarias del Comité Estatal del Partido de la Revolución Democrática, Beatriz Mojica ha sido muy insistente en el proceso de reorganización y los cambios en las dirigencias estatales que se vienen rumbo a 2018. Son mensajes claros que hablan de objetivos trazados por el PRD en entidades como Chiapas que se alistan para los relevos sexenales y las negociaciones consecuentes que seguramente no dejaran en manos de los liderazgos locales.

La elección o reelección dentro de la dirigencia estatal perredista ya no tarda, por lo que los tiempos de Cesar Espinosa en el cargo podrían estar contados. No deberá extrañar que el proceso interno en el perredismo chiapaneco sea aún más violento que el anterior, pues los operadores de gobierno que buscan mantener el control sobre el PRD estatal tampoco se quedarán de brazos cruzados ante el intento del CEN nacional para regresar el control de partido a la dirigencia nacional… así las cosas.

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