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El gran “debate” / Artículo Único

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Angel Mario Ksheratto

 

Estamos asistiendo a una auténtica discusión bizantina en torno a una medida inútil e innecesaria, impuesta como dogma de fe política en la capital del país, por una gobernante ocurrente y ausente de la realidad de la ciudad, azotada por el crimen organizado, la delincuencia común y un sinfín de problemas sociales que debieron haber sido resueltos ya, si recordamos la expectativa que en campaña elevaron.

La forma de vestir de los ciudadanos, no define la pretensión progresista del país. Las prendas de vestir, por cuestiones culturales, precisan el género en México, pero no el carácter de las personas, ni las costumbres sociales, ni el comportamiento humano.

En la mayoría de países del Medio Oriente, los hombres utilizan túnicas y turbantes (aun cuando usen pantalones largos debajo), pero ello no excluye a éstos, de las listas de lugares en el mundo donde la igualdad de género, es nula y la violencia contra las mujeres es algunas veces, institucional.

¿Por qué discusión bizantina? Porque de entrada, la medida es opcional, no obligatoria, independientemente de lo absurdo y estúpida que resulta. Tampoco es producto de una exigencia explícita o masiva. Nunca vimos bloqueos, ni paros estudiantiles, ni marchas de niños pidiendo implementar el uso de ropa “neutral” en las escuelas.

Más todavía: el término “neutral”, no aplica por donde quiera que se le quiera ver. El pantalón seguirá siendo pantalón y la falda, falda. Ambas prendas no tendrán modificaciones en su confección que beneficien a nadie o que den mayor comodidad a una niña o a un niño. Tampoco les da la seguridad de que sus derechos y dignidad sean respetados. La violencia de género, no se va a terminar usando determinado tipo de ropa, sino educando con valores y principios, con responsabilidad y compromiso. Con auténtica libertad.

Desde finales del siglo XVIII, las mujeres usan pantalones. ¿Cuál sería la novedad?¿Que veamos niños con falda? En una sociedad machista, créanme que será contraproducente, pero bueno, cada quien tiene el derecho de asumir el riesgo.

La crítica contra la señora Claudia Sheinbaum, gobernadora capitalina, es por la frivolidad de sus actos de gobierno. Incluso, por la hipocresía evidente en medidas de esa naturaleza. Imponer la moda de que los niños puedan (no deban, insisto) usar falda en los salones de clases, choca con las estadísticas de crímenes contra travestis en esa ciudad.

Por necesidad electoral, la “izquierda” del gobierno en turno, ha sido más o menos tolerante con las personas con preferencias sexuales distintas a las tradicionales. Volteemos a Rusia, a Cuba, a China, a Venezuela, a Nicaragua; en esos países de corte izquierdista-socialista, los homosexuales y lesbianas, no tienen ninguna libertad ni derecho. Son perseguidos, son asesinados, son desaparecidos.

¿Que en México no? Espérense tantito. La luna de miel todavía no termina. No obstante, los signos de intolerancia hacia activistas de derechos humanos, periodistas, empresarios, opositores, niños de guarderías y todo aquel que opina diferente, es más que notoria.

Se critica también que mientras en la CDMX, los feminicidios van en aumento, se pierda tiempo en superficialidades; en acciones verdaderamente improductivas, rayanas en la propaganda barata de una ideología sin más fundamento que trapacerías mal planeadas.

Nuestros antepasados precolombinos, andaban semidesnudos y formaron una civilización impresionante, con avances extraordinarios en todas las materias. La discusión por lo tanto, es igualmente inútil que la medida.

 

Transitorio

Al diputado Juan Salvador Camacho, algún bicho le habrá picado. De pronto empezó a pelear con todo el mundo y a acusar a quien se le ha puesto enfrente, de cualquier pecado. Es claro que no tiene ni la formación política de su padre, ni el conocimiento, ni la capacidad, ni los alcances de Manuel Camacho que, con todo y sus errores, brilló con luz propia. El nene Juan Salvador, intenta ponerse bajo su farol, pero lo hace con rabietas, pataleos y lo triste, con supina ignorancia. En fin, ojalá consigan pronto el antídoto para su amargura.

http://ksheratto.blogspot.com

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