Héctor Estrada
La deuda con los adultos mayores y su atención especializada dentro del sistema de salud pública es un pendiente añejo en Chiapas. El olvido que han sufrido durante los últimos gobiernos y su inclusión dentro de las políticas públicas como simples beneficiarios de dádivas asistencialistas han retardado la dignificación de su condición y el reconocimiento a su legado.
En la entidad chiapaneca, como en la gran mayoría del país, el retiro digno y la atención médica especializada en materia geriátrica parecen haberse tratado como temas de poca relevancia durante los últimos años. La autoridades se han olvidado por completo que, según estimaciones, en menos de tres décadas la población de la “tercera edad” en México se duplicará, y muy pocos se preparan para la vejez.
Chiapas es uno de los estados con las peores condiciones laborales en México, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la situación que actualmente viven los adultos mayores de la entidad es aún más alarmante. El olvido, la pobreza y el desempleo son las principales realidades que enfrentan a diario.
De acuerdo a datos del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM), actualmente en Chiapas existen un total de 467 mil adultos mayores de 60 años. De ellos, siete de cada diez se encuentran desempleados, sin ingresos y con casi nulos ahorros. Muchos, son retirados cuyas pensiones también resultan insuficientes para los cuidados especiales de la vejez.
El nuevo escenario también incide de manera directa en la economía familiar. Según la misma dependencia, los hogares donde al menos un adulto mayor vive con alguna deficiencia física invierten 10 veces más en consultas médicas y cinco veces más en medicinas, en relación con las familias con personas de más de 60 años sin discapacidad. A lo anterior se agrega que más del 40 por ciento carecen de espacios cercanos para una atención especializada.
Por eso la importancia de acciones como la rehabilitación de la Casa Geriátrica del Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado de Chiapas (Isstech) en Tuxtla Gutiérrez, que se había mantenido inhabilitada desde los terremotos de septiembre de 2017. Pese a su importancia, el inmueble estuvo sin funcionar a consecuencia de los daños provocados por los sismos durante más de año y medio.
La idea de terminar de rehabilitar y poner en funcionamiento de manera inmediata la Casa Geriátrica de la capital chiapaneca, que atiende a un total de 782 personas, en un acierto del nuevo director general del Isstech, Alberto Cundapí Núñez, que requiere tener seguimiento dentro del proyecto sexenal. Y es que, hoy Chiapas cuenta con dos inmuebles de este tipo que deberán multiplicarse durante los siguientes seis años.
El desarrollo de infraestructura para la atención geriátrica en Chiapas y todo México necesita ser punto medular dentro del planes de desarrollo durante la presente administración y los siguientes gobiernos estatales. Debe abordarse como un tema coyuntural en las proyecciones para las políticas públicas a futuro y no como un gasto “innecesario” relegado dentro de las partidas presupuestales.
Bien por Alberto Cundapí que, como parte de las primeras acciones de su gestión al frente del Isstech, haya fijado la mirada en este sector prácticamente olvidado para poner el tema en la agenda gubernamental; pero también tiene de frente un reto mayúsculo con el seguimiento y desarrollo a una infraestructura que con el paso de los años podría convertirse en el mejor de los legados sexenales… así las cosas.
