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De Tabasco, dos de los nueve periodistas asesinados este año / De Primera Mano

De Tabasco, dos de los nueve periodistas asesinados este año / De Primera Mano
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RODULFO REYES

 

Los números, siempre fríos, parecen no decir nada: de nueve periodistas que han sido asesinados en México en lo que va de 2019, dos han sido ‘silenciados’ en Tabasco. Esto es, casi el 20 por ciento de los homicidios contra comunicadores en el país se ha cometido en el Edén.

            Si seguimos con la numeralia, en el gobierno de Adán Augusto López Hernández ya se igualó la marca que se tuvo en los dos anteriores sexenios: con el priísta Andrés Granier Melo cayeron dos colegas: Rodolfo Rincón Taracena, de ‘Tabasco Hoy’, el 19 de enero de 2007, y Alejandro Fonseca, ‘El Padrino’, locutor de radio, el 23 de septiembre de 2008.

            Del mismo modo en la administración del perredista Arturo Núñez Jiménez fueron abatidos dos compañeros: Moisés Dagdug, propietario de una estación de radio, el 9 de febrero de 2016, y Juan Carlos Huerta Gutiérrez, conductor estelar del principal noticiero de televisión del estado y socio de una estación de radio recientemente adjudicada por un grupo local, el 15 de mayo de 2018.

            En la segunda gestión de la izquierda, la de Adán Augusto, ahora por Morena, el partido fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, igualmente ha sido abatido un par de comunicadores: Jesús Ramos, ‘Chuchín’, conductor del noticiero de radio más escuchado del municipio de Emiliano Zapata, el 9 de febrero de este año; y apenas el martes pasado la camarada Norma Sarabia Garduza, de ‘Tabasco Hoy’.

            Siguiendo con la relatoría, de los nueve comunicadores que han sido ejecutados en los seis meses de este año, Tabasco lleva dos e iguala en cantidad a Sonora, pero vale precisar que la violencia sin freno de aquella entidad norteña en nada se compara con la del territorio al que alguna vez se le llamó el Edén.

            En términos estrictos ninguno de los crímenes contra la libertad de prensa cometidos en la entidad de 2007 a la fecha ha sido aclarado cabalmente por el Estado mexicano.

            Vea: a Rodolfo Rincón se supo que lo había ‘cocinado’ un cartel de las drogas por publicar la lista de los lugares donde se expendían narcóticos al menudeo, no como resultado de una investigación de las autoridades, sino porque cuando se detuvo por otra causa a un sicario que había participado en su ejecución, él mismo ‘cantó’ ante la Policía.

            De igual forma, al ‘Padrino Fonseca lo ultimó el crimen organizado por el ‘delito’ de andar colocando mantas en Villahermosa para pedir que regresara la paz al estado.

            En el sexenio pasado, el de Arturo Núñez, se mató a dos comunicadores que al principio de la gestión del esposo de Martha Lilia López Aguilera fueron críticos desalmados del inquilino de la Quinta Grijalva.

            Lo curioso de las muertes de Dagdug y Huerta es que, en su momento, a ambos se les quiso relacionar con asuntos privados para justificar los atentados.

            En los dos expedientes se ha detenido a un presunto autor material, pero ni por asomo se ha apuntado hacia los responsables intelectuales, y el entonces fiscal Fernando Valenzuela Pernas siempre remachó que el móvil fue ‘personal’.

            Podría decirse que de los informadores asesinados en las administraciones de Granier y Núñez, ha quedado claro que a Rincón y Fonseca los ‘silenciaron’ por temas que incomodaron a un grupo criminal.

            En cambio, en el turno de Núñez no queda claro las razones por las que ‘acallaron’ a Dagdug y a Huerta.

              También en lo que hace a ‘ChuchínRamos y a Norma Sarabia parece quedar claro que se trata de asuntos relacionados con los asuntos que abordaba él en la radio y ella en ‘Tabasco Hoy.

ESTRICTAMENTE PERSONAL…

ES LAMENTABLE QUE en el propio gremio se lastime la memoria de los compañeros fallecidos, como es el caso de Huerta, quien ya no puede defenderse de la calumnia.  

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