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Copladem y corrupción / Código Nucú

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César Trujillo

 

Por años, los Comités de Planeación para el Desarrollo Municipal (Copladem) han sido desviados de su objetivo primigenio: promover y coordinar la formulación, instrumentación y evaluación del Plan Municipal de Desarrollo para detonar el progreso de los pueblos.

Los mismos regidores desde los ayuntamientos (extraviados de sus funciones, ojo aquí), se han dedicado a azuzar organizaciones y grupos que, desde el chantaje y las amenazas, obligan a los gobiernos municipales a “repartir” el recurso destinado sin importar que no haya obras de impacto social en las zonas.

La culpa, compartida es: el recurso del Copladem ha servido para mantener cotos de poder y operar para las campañas venideras, e incluso para cubrir pagos y festividades de índole religiosa. Eso sí, con la complicidad de los gobiernos estatales anteriores.

Los presidentes municipales en Chiapas, por ejemplo, se han prestado a este juego como una inversión a sus aspiraciones políticas y los grupos beneficiados guardan un silencio absoluto en esta práctica de corrupción e impunidad que los termina ungiendo. Ganar ganar, dicen algunos.

Por ello, lo sucedido en el enfrentamiento entre habitantes de Ixtapa y la policía estatal invita a la reflexión obligatoria. No se puede seguir permitiendo que los presidentes municipales usen al Copladem como un organismo dadivoso para unos cuantos; menos que sean los regidores quienes promueven la desestabilización para intereses aviesos.

Basta consultar la prensa y ver que tiene documentados desmanes derivados de la presión por malversar el Copladem en municipios como Bochil, Pueblo Nuevo, El Bosque, Simojovel, entre muchos otros, durante años.

Hoy, no es diferente. Ante la negativa de muchos presidentes municipales de entregar a manos llenas el control del recurso, brotan acusaciones de todo tipo buscando que se implanten concejos municipales (estos sólo pueden ser nombrados por el Congreso de Chiapas) para que, desde ese espacio, continúen con las viejas prácticas de corrupción que otrora se solapaban desde todos los frentes.

Es decir: a nadie le interesa que el Comité de Planeación para el Desarrollo Municipal busque detonar beneficios sociales a futuro. A nadie, repito.

Es triste que mientras en otros municipios de otros estados el Copladem se reúne para aprobar el Plan de Desarrollo Municipal, en Chiapas se movilizan porque quieren el “control del dinero” para beneficio propio.

Por eso no vemos a los regidores o a los “luchadores sociales” pugnando por la creación de las juntas de mejoras, que permiten consolidar los Consejos de Desarrollo Social Municipal desde donde se definen presupuestos y prioridades.

Tampoco vigilando la administración pública dentro de sus municipios, o bien, velando que se cumplan los acuerdos y disposiciones del Cabildo. Sino orquestando movimientos que terminan dañando a terceros, tapando caminos y enmascarando los intereses de unos cuantos, apostando a la ingobernabilidad y esto debe terminarse.

Para que una entidad aspire a la gobernabilidad requiere de la eficacia, efectividad y legitimidad (razón del Estado). De esa última depende el cómo se ejerce el poder, cómo se toman las decisiones y del comportamiento de sus ciudadanos. Esto último es clave. Si bien se quebrantó en sexenios pasados, hoy es distinto y debe entenderse de ese modo.

Alguien debería de explicar a los alborotadores en cada municipio que las reglas de operación de recursos son nuevas. Cambiaron, pues. Con ello sus prácticas de amedrentar y alborotar para recibir quedan en un pasado que, si bien es inmediato, lo obliga a replantear su comportamiento.

Ya el fiscal General de Chiapas, Jorge Llaven Abarca, la secretaria de Seguridad Pública, Gabriela Zepeda, y el secretario General de Gobierno, Ismael Brito, fueron puntuales en el caso de Ixtapa.

Lo que sigue es la aplicación de la ley sin miramientos. Sobre todo con estos grupos que siguen creyendo que pueden manejarse al margen de la ley y usando armas de fuego en contra de los elementos de seguridad cuyo único trabajo es restablecer el Estado de derecho y brindarnos seguridad.

 

#MANJAR.- Es curioso leer comentarios que señalan que en el caso de la manifestación de ayer por habitantes de Ixtapa, organizados y azuzados por la supuesta oposición al gobierno del PVEM, se diga que es problema del gobierno anterior. Les recuerdo que Roberto Jordán Aguilar Pavón, actual presidente municipal, está repitiendo en el cargo. Se reeligió y antes que él estuvo su padre y antes sus tíos y abuelo. La lectura es simple. Quienes usaron los recursos del Copladem para repartirlos como dádivas al pueblo, quienes mal acostumbraron a las organizaciones a esa práctica que en nada abona al desarrollo de los municipios, fueron ellos: los caciques de Ixtapa. No busquen curarse en salud. No les quedan los golpes de pecho y desviar el tiro a otros partidos cuando han sido ellos el cáncer que tiene en focos rojos al municipio. #CulpabilidadManifiesta // “Los mexicanos están contentos con comer desordenadamente antojitos, levantarse tarde, ser empleados públicos con padrinos de influencia, asistir a su trabajo sin puntualidad, enfermarse con frecuencia y obtener licencias con goce de sueldo; divertirse sin cesar, casarse muy jóvenes y tener hijos a pasto; gastar más de lo que ganan y endrogarse para hacer fiestas”. Porfirio Díaz. #LaFrase // La recomendación de hoy es el libro Fuego a voluntad de Fernando Carrera y el disco Cryptic Writings de Megadeth. // Recuerde: no compre mascotas, mejor  adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

 

* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.

 

Contacto directo al 961-167-8136

 

Twitter: @C_T1

 

Mail: palabrasdeotro@gmail.com

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