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Conflicto entre taxistas, responsabilidad de Manuel Velasco / En la Mira

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Héctor Estrada

El complicado conflicto en el sector transportista (en modalidad de taxis) dentro de la entidad chiapaneca sólo tiene un responsable directo y se llama Manuel Velasco Coello. Las malas decisiones tomadas a la hora de designar al responsable de la Secretaría de Transportes estatal, la falta de claridad en la toma de decisiones y el ya acostumbrado uso de promesas falsas para destrabar conflictos de manera temporal han provocado tremendo lío que podría terminar de manera muy violenta.
Aunque se debe reconocer que el sector transportista de Chiapas generalmente está envuelto en problemas, lo que sucede hoy con las agrupaciones de taxistas concesionados e irregulares tienen sus particularidades. El conflicto que se ha agudizado recientemente tiene el sello de manufactura en el propio gobernador chiapaneco. Se trata de un problema agudizado por el gobierno de Juan Sabines Guerrero que Velasco Coello terminó por complicar.
El problema comenzó a salirse de proporciones justamente durante la época del “sabinato”, caracterizado por el despilfarro y la entrega desproporcionada de favores. A los “pulpos del transporte público” los mantuvo contentos con nuevas concesiones y cargos públicos, mientras a las agrupaciones sociales y campesinas de mayor poderío se le brindó “cancha libre” para la operación irregular de transporte público, sin el menor empacho.
Con la llegada de Manuel Velasco Coello y el conflicto de su gobierno con los líderes concesionarios la posibilidad de la regularización para muchos que se mantenían en la ilegalidad llegó. Con el paso de los años, las solicitudes y exigencias de organizaciones como la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) la Coordinación Estatal de Transportistas de Chiapas (Coestrach), la CTM y la CGT para alcanzar una concesión cayeron en cascada.
Ante el enfrentamiento con los monopolios (pulpos) del transporte, el sector de transportistas asalariados irregulares también se convirtió en una posible opción de salida. Ahí fue justo donde la intervención de Manuel Velasco Coello complicó el escenario. En una reunión con las agrupaciones irregulares el gobernador chiapaneco se comprometió a entregar las concesiones si ellos cumplían con dos condiciones esenciales: la adquisición de nuevos vehículos y seguros de pasajero.
Entre 2015 y 2017 un aproximado de mil 500 asalariados del transporte público irregular cumplieron con lo pactado y entregaron a la Secretaría de Transportes la documentación de comprobación. En su mayoría adquirieron vehículos de agencia bajo sistemas de financiamiento, con costos superiores a los 150 mil o 200 mil pesos, y los respectivos seguros de viajero. Sin embargo, para no variar en su gobierno actual, al final de cuentas Velasco Coello terminó desconocimiento el acuerdo.
La presión de los concesionarios monopólicos, los acuerdos en lo oscurito y los malos consejos terminaron echando abajo un pacto que dejó a cientos de asalariados sin posibilidad inmediata de obtener una concesión y con tremendas deudas automotrices. Peor aún, en respuesta, recibieron operativos para la detención de las unidades. El acuerdo había sido una verdadera tomada de pelo sin retorno.
Por eso hoy el conflicto parece más complejo que nunca. Los concesionarios, muchos de ellos pulpos del transporte, se arremolinan en exigencia de un “alto al pirataje”, mientras los irregulares piden el cumplimiento de un acuerdo tramposo y desleal que ahora los tiene comprometidos económicamente. Todo por las decisiones irresponsables de un gobierno insensible y falto de seriedad.
La posibilidad de enfrentamientos violentos entre ambos sectores del transporte crece con el paso de los días. La detención arbitraria de unidades y las tensiones entre ambos frentes no tardan en salirse de control ante un gobierno omiso. Por eso hoy las voces que hablan de una liberación en el transporte público resuenan con mayor fuerza. El fin de sexenio se acerca y el conflicto apunta a ser uno de los tantos que trascenderán la fallida administración verde… así las cosas.

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